El Festival Internacional Cervantino es uno de los eventos culturales más importantes a nivel nacional y fue para nosotros un proyecto ideal para experimentar conceptos y gráfica que no necesariamente estaban restringidos por el desempeño comercial de una marca. Sabiendo que es un concurso muy abierto, a ser juzgado más a nivel gráfico por el impacto de la pieza final, desarrollamos distintas propuestas con un nivel conceptual variado: desde opciones creativas que contemplaban solo el nombre de Cervantes, hasta ejecuciones que hacen referencia ya sea a los invitados especiales (Japón y el estado de Nuevo León) y/o a los temas centrales de la edición (William Shakespeare y fronteras).
Tomando inspiración y referencias de carteles clásicos y contemporáneos de exposiciones, películas, festivales, y conciertos, buscando el mayor impacto visual posible sin dejar de desarrollar propuesta con un alto contenido conceptual, analizamos cientos de imágenes propias y ajenas al Festival. Revisamos la historia y propuesta de las 41 ediciones anteriores y ejemplos de excelencia cartelista nacional y extranjera.
Al ser un estudio que se preocupa por el desarrollo personal y profesional de sus diseñadores, se buscó un abanico amplio de estilos gráficos, en donde cada involucrado exploró técnicas y conceptos que le llamaran la atención y fueran relevantes para su crecimiento.
Una vez definidas dos propuestas finales se exploraron distintas variaciones para encontrar el mayor impacto visual, sin descuidar los elementos legales y de apoyo que había que conservar.
El cartel del 42 Festival Internacional Cervantino sirvió como punto de partida para los demás materiales de comunicación y se desarrollaron ejemplos que definieran las posibilidades de los distintos materiales, con la idea de que aunque el cartel fuera siempre el mismo, los demás materiales tendrían variaciones que le dieran un mayor dinamismo al Festival en los distintos puntos de contacto (la publicación oficial, los programas, folletos, señalizaciones, banners digitales, etc.).
Una identidad implementada de manera correcta en los materiales. Buena bajada gráfica; aunque no aparece el cartel, los demás materiales, por medio del color, dan mucha presencia. Limpio, no es una imagen igual en todos lados, no es Cervantes.
El cartel seleccionado presenta a los dos invitados, Japón y el Estado de Nuevo León, de una manera que rompe las fronteras geográficas entre ellos y coloca al Sol Naciente detrás del Cerro de la Silla, imágenes emblemáticas de ambos invitados, quienes reciben un lugar privilegiado en la comunicación principal del Festival. La gama cromática busca resaltar la información y los materiales de el entorno en el que se colocarán con el uso de colores saturados. La tipografía, limpia y de lectura fácil, busca legibilidad en los materiales para lograr una comunicación efectiva de los múltiples mensajes. El tamaño y color del “42” logra balancear la carga colorida del cartel y la comunicación en general.
Al final se realizó una guía de uso para apoyar al equipo interno de Conaculta, responsables de la ejecución específica de las decenas de piezas requeridas para un evento de esta magnitud, con proyección nacional e internacional. Con el fin de mantener el impacto visual y contenido conceptual, se definieron colores, tipografías, jerarquías de los elementos gráficos para alguno materiales, mientras que para otros (material de apoyo), las reglas son mucho más flexibles para dar rienda creativa a los diseñadores del Festival.
